Querido vecino:
Querida vecina:
Es normal que nos sintamos todos y todas abatidos y cabreados. Igual que en 1.979 cuando se convocaron las primeras elecciones municipales libres, hoy el sentimiento general es:
¡Basta ya!
¡Basta ya! de favoritismo en el reparto de trabajo… cuando en Izquierda Unida sabemos que con una Bolsa de trabajo se puede contratar con justicia.
¡Basta ya! de vender el pueblo, su riqueza, su tierra, su gente – y ahora el alumbrado público – a empresas para que se enriquezcan… cuando en Izquierda Unida sabemos que una Empresa Pública deja la riqueza en el pueblo y da trabajo.
¡Basta ya! de prometer, año tras año, vivienda pública y asequible… cuando en Izquierda Unida sabemos que se pueden construir YA.
¡Basta ya! de prometernos guarderías a punto de elecciones… cuando desde Izquierda Unida sabemos que hace mucha falta hace mucho tiempo.
¡Basta ya! de consolarnos con contrataciones baratas y futuras… cuando todos sabemos que las familias de los que nos gobiernan – la de nuestro Alcalde a la cabeza (en NISA, en Diputación y en IKEA) – están todos colocados.
¡Basta ya! de llenarnos las calles de trabajadores cada cuatro años en vísperas de elecciones y aguantar más de un 30% de paro real – con perspectivas de aumentar – cuando en Izquierda Unida sabemos que hay que crear puestos de trabajo.
¡Basta ya! de aguantar los embargos de nuestros pisos, nuestras casas, nuestros coches y nuestras nóminas… cuando en Izquierda Unida sabemos cómo poner coto a esta voracidad del Capital.
Vivimos una pinza: La de los dos grandes partidos burgueses (el PP y el PSOE), que están perfectamente de acuerdo en quiénes son sus amigos: los industriales, los bancarios, y ellos mismos. Y esa pinza nos asfixia, nos ahoga y nos roba… nuestro dinero, nuestra dignidad, nuestra juventud y nuestro descanso. Con el pensionazo, con la reforma laboral, con la desidia y porque no quieren, ni saben hacerlo mejor.
Las personas que trabajamos en Izquierda Unida, lo hacemos por y para el pueblo, su gente. Estamos preparados para relevar al gobierno municipal. Y lo hacemos con el mismo espíritu que en 1.979 cuando gritábamos:
¡Quitemos a un cacique, pongamos a un alcalde!
Igual que entonces, daremos todos juntos y todas juntos un paso adelante por el bien del pueblo y su población.
Vuestro futuro alcalde,
Tomás Arias
